La función social del docente en la actualidad se ha transformado significativamente, especialmente en el contexto del siglo XXI, donde la diversidad cultural y la interconexión global son aspectos fundamentales de la sociedad. Desde el enfoque intercultural crítico, la labor del docente va más allá de la simple transmisión de conocimientos; implica un compromiso activo en la construcción de un espacio educativo inclusivo, equitativo y que promueva la comprensión intercultural.
En resumen, la función social del docente en la actualidad, desde el enfoque intercultural crítico, implica no solo enseñar contenido académico, sino también ser un agente de cambio que promueve la inclusión, la equidad y la comprensión intercultural. Este enfoque se adapta a las demandas de un mundo cada vez más diverso y conectado, donde la educación se convierte en una herramienta poderosa para construir sociedades más justas y respetuosas de la diversidad.
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